Mi pequeña terremoto ya tiene 16 meses. Nació justo antes de la locura pandemial, el 1.de marzo del 2020. Fue mi parto sanador después de un primer parto inducido en 2017 que me dejó un muy mal sabor de boca.
Me puse de parto a las 3 de las madrugada de ese mismo día….una ducha en casa y pelota de pilates. A las 7.marchamos para el hospital y llegué de tan solo 2cm pero las contracciones eran de parto así que quedé.ingresada. Deciros que todo esto en un hospital privado de A Coruña. Sabía que mi ginecóloga estaba de guardia ese fin de semana…subí a la habitación, pedí la pelota y pedí que me calentaran mi saquito de semillas. Era casi de día y bajé las persianas y apagamos las luces…necesitaba oscuridad. Me metí en la ducha en la habitación. Un tacto sobre las 9 de la mañaba, 4cm aún….la matrona me dice que si me toma ella la vía…le insisto en que no quiero eso porque todo irá bien y además tenía clarísimo que no iba a pedir la epidural.
Sobre las 10 y poco viene la ginecóloga y me dice…vamos a bajar al paritorio que hay otra mamá y me es más fácil teneros allí a las 2…bajamos y yo ya quería empujar me lo pedía el cuerpo pero no estaba del todo segura de cómo ponerme…al final me quedé medio de rodillas apoyando el cabecero de mi cama…no quise pasar a la camilla del paritorio…recuerdo el aro de fuego, entregarme a mi parto, decir que no puedo más….y una vez dicho y hecho todo eso la cabeza de mi enana ya fuera.
Nació a las 11:42 y nadie me la quitó de encima hasta las 5 de la tarde cuando decidí darme una ducha bien merecida. Mi pequeña terremoto de ya casi 16 meses nació pesando 3,700 y no me dejó ni un solo punto ya que nació en sus tiempos y con sus condiciones a pesar de la amenaza de una nueva inducción. Somos mamíferas y sabemos hacerlo, solo tenemos que confiar.