Como buena cagaprisas de toda la vida, yo había empezado a leer sobre embarazo consciente, parto, lactancia y crianza respetuosa un par de años antes de embarazarme. Y fue una muy buena decisión: despuès de parir no tienes tiempo ni de ducharte, y además, llegué tranquila, confiada y empoderada a todo el proceso.
Pese a que estaba en medio de una reagrupacion familiar durante el embarazo, éste transcurrió con una gran sensación de fuerza en mi cuerpo y de conexión con mi bebé. Cierto es que yo llevaba pensando en ella y hablando con su alma (allí donde estuviera) desde mucho antes de embarazarme, mucho antes de haber conocido a su padre. Yo cada día practicaba lo que me decía la doula de mis clases preparto «el bebé y tu sois un equipo«. Me subía a la bici «venga, Libertad, que llegamos!!», nos visualizaba con el mismo equipamiento de fútbol…
Leí mucho sobre partos en casa e historias bonitas (de miedo al parto ya estamos bien servidas) y ví algún video de partos animales. En el propio dia de parto también conecté con la imagen de una yegua: los animales no dudan de si pueden parir. Todo es fisiología. Como me dijo la doula «nadie duda de que podamos hacer la digestión, no dudemos de que sabemos parir, es no interferir en el proceso«.
Yo había leído mucho sobre «El parto loto» y mi marido y yo estabamos de acuerdo en intentarlo. Él es africano, para ellos lo de parir en casa es lo mas normal del mundo, no así tan normal lo de que el hombre esté presente en los partos… Cuando él llamó a su país tras el nacimiento de la pequeña, su hermana más «abierta» se alegró mucho pero dijo «como mama se entere!!!!».
Yo había contratado a una matrona y a una doula para el parto. Tenía una piscina y una bola. Les había dicho que a mí me dejaran estar a mi aire salvo que las avisara porque las necesitaba. A las 7 de la mañana empecé con lo que yo no tenía muy claro si eran contracciones… Fui organizando la casa, conectando con mis sensaciones corporales y dejandome sentir, probando de què manera me sentía cómoda para navegar el dolor. Sabía que mi cuerpo estaba preparado para ello, estaba conectada con mi bebé, a cada cosa le comentaba «esa ha sido fuerte, eeeee». Mi terapeuta me había dicho una gran frase «súbete a las olas de dolor, no las evites«. La pelota no me funcionaba, sólo me iba bien andar como un ogro gruñendo por el pasillo, colgarme de los marcos de las puertas… Pues eso hacía…
Cuando ya me vi en modo «mujer salvaje» (cuando ya me daba igual que quien viniera a casa me viera desnuda, no iba a estar en modo «queréis un té?» si no sólo metida en mi historia) y sentí que el «proceso de parto» ya no daba marcha atrás, llamé a la matrona y a la doula (serían ya más de las 18h).
La piscina estaba pinchaba así que me metí a la bañera, acompañada de los aceites esenciales de ylang yang y de jazmin que ponía la doula. Mi pareja entonces me iba mojando con agua caliente y doula y matrona nos dejaron solos, estaban en el salón… De vez en cuando la matrona miraba las pulsaciones de mi bebe, o me decían «así se grita!!!!».
Yo tenía muy en mente la idea de que vagina y garganta están muy conectadas, así que gritaba todo el rato con assss muy graves y profundas. Me sentía toda una ballena…..
De repente sentí la necesidad de salir del agua y zass me levanté de repente y me sentè en el WC a empujar… Acudieron doula y matrona con el frontal a atenderme, baño en oscuridad, yo me senté en las piernas de mi pareja modo «silla de partos». Allí empezó el expulsivo, yo sentía el anillo de fuego devorándome la vagina, «ya se ve la cabeza» me decían. «No puedo mássssss» grité, y me dieron flores de Bach.
Pujé muy fuerte y ya estaba Libertad fuera!!! Matrona y doula espantaban a mis gatos mientras yo estaba sumergida en una atmósfera de incredulidad, de animalidad, sólo pudiendo decir «como huele mi bebé!!» me la puse a la teta y entonces me dijeron que la bolsa se había explotado en el explosivo, que yo no había roto aguas, lo que había protegido a mi pequeña durante todo el trayecto ….
La matrona pasó a hacer todas las pruebas necesarias a mi bebé encima mío, dormimos un poco … la placenta tardaba en salir así que cortamos a las horas el cordón umbilical (aquí me despedi de mi posibilidad de un Parto Loto), Libertad se quedó en brazos de papá y yo me fui con la matrona y con la doula a pujar al baño. Bailé, hablè con la placenta, y la visualicè enganchada en mi interior como cuando un gato se queda colgado en una cortina con las uñas!!! Esta imagen me sirvió y monton, fui visualizando soltando cada una de las uñas de mi gato-placenta y al final salió, sin necesidad de ninguna invasión….
Y ese fue mi parto, muy respetado y muy empoderador. Muy animal. Vivido con sensacion de estar en el limbo. Entre mundos. Muy íntimo.
No cambiaria mi parto por nada. Nadie me miró cuantos centímetros llevaba dilatados, cada cuántos minutos eran las contracciones… No digo que no haya que hacerlo , pero yo estaba en modo hemisferio derecho intuitivo activado y no queria que los números o el control me llevaran a una parte más racional que cortara ese proceso tan orgánico…